jueves, 31 de enero de 2008

Plancha Extrema!




Y es que planchar , lo que se dice planchar, se puede hacer en cualquier rincón de casa o por qué no, también fuera de ella. Los requisitos a cumplir en ambos casos son los mismos: tabla de planchar, plancha y ropa para planchar. No es un galimatías, no me he vuelto tarumba, sino que estoy hablando de una actividad, de un deporte extremo digamos un tanto peculiar: la plancha extrema (extreme ironing, en inglés).

Pues sí, plancha extrema. ¿Que de qué se trata? Pues al hilo de lo que estaba diciendo anteriormente, consiste en planchar la ropa de la forma más rara posible en el sitio más raro e inverosímil que se nos pueda venir a la cabeza; eso sí, la ropa tiene que quedar en perfecto estado, bien lisa, condición sin equanum.
Hay diferentes modalidades de plancha extrema, pero siempre hay que practicarlo a contrarreloj en el bosque, en el agua, bajo el agua, en terreno rocoso, en sitios urbanos, al estilo libre, en la cima de una montaña… La puntuación se basa en el estilo del planchador y, por supuesto, en la calidad del planchado.
Y no os penséis que estamos hablando de una actividad o deporte de cuatro gatos, de cuatro zumbados… De hecho, el año 2002, sin ir más lejos, se llevó a cabo en las cercanías de Munich el campeonato del mundo de plancha extrema. Tomaron parte planchadores chilenos, austríacos, australianos, estadounidenses, croatas, alemanes o ingleses, entre otros. En categoría individual fue un alemán, Hot Pants (los planchadores participan con diferentes alias) el ganador del evento y los representantes ingleses por equipos.
Sujetado a un tronco en la orilla de un río, sumergidos en el agua, a 5.000 metros de altitud, junto a la calle más concurrida de cualquier ciudad… Cualquier punto puede ser propicio para poder practicar la plancha extrema. Un deporte que nació curiosamente en Inglaterra, en Leicester.
Fue en 1997 cuando Phil, un habitante de esa ciudad inglesa, a su regreso a casa después de una dura jornada de trabajo, se encontró que tenía ropa apilada para planchar. Lo miró fijamente… el sol brillaba fuera con fuerza, y Phil decidió que prefería salir afuera y practicar su hobby favorito, que no era otro que la escalada. Y fue así cuando se le ocurrió aunar las dos actividades, planchar y escalar al mismo tiempo.
Una cosa llevó a la otra, Phil se fue multiplicando en toda Inglaterra, en Alemania y en cualquier rincón del mundo… Hoy en día esta practica se ha extendido a todo el mundo y es posible que algún día de estos te puedas encontrar algún planchador extremo en el sitio más recondito o sorprendente que te puedas imaginar. Así que no te despistes… ¡ni un planchazo!

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